Si existiera la posibilidad de elegir entre caernos o evitarlo, la elección sería clara. Ahora bien, para esas ocasiones en las que no podemos evitarlo, es importante tener algunos puntos en cuenta para evitar lesiones mayores.
Uno de los aspectos a tener en cuenta es “la técnica” para caer.
Por ejemplo, si la caída es hacia adelante, es importante flexionar las piernas y dejarse caer de medio perfil con el cuerpo en forma de “bolita” para apoyar primero el omóplato (no el hombro) y seguir girando ya en el piso para pasar las piernas flexionadas por sobre el cuerpo. De esta manera, se evita que el peso de la caída recaiga completamente sobre manos, brazos, codos y hombros.
En el caso de que la caída fuera hacia atrás, debemos intentar flexionar las rodillas, levantar los brazos (para no apoyar las manos), dejarse caer sobre los glúteos y continuar rodando hacia atrás con la espalda encorvada y de medio perfil para evitar el golpe en la cabeza.
Todo esto, en cuestión de micro segundos. Por lo tanto, más vale prevenir que curar. Prestemos atención a la superficie sobre la cual nos desplazamos, poniendo especial foco en la presencia de pozos, baldosas flojas y/o desniveles.